EUROPA
PRESS
12 febrero
2019
Más
pruebas que relacionan diabetes y Alzheimer
Los científicos continúan encontrando
pruebas que relacionan la diabetes tipo 2 con la enfermedad de Alzheimer, la
forma más común de demencia. Sin embargo, se entiende poco sobre el mecanismo
por el cual los dos están conectados. Ahora, investigadores del Centro de
Diabetes Joslin, afiliado a la Escuela de Medicina de
la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, han demostrado que la
señalización de insulina alterada en el cerebro afecta negativamente la
cognición, el estado de ánimo y el metabolismo, todos componentes de la
enfermedad de Alzheimer.
En el estudio, publicado en 'Proceedings
of the National
Academy of Sciences', los
investigadores desarrollaron un nuevo modelo de ratón en el que bloqueaban la
expresión en el cerebro de los receptores de insulina y del factor de
crecimiento similar a la insulina estrechamente relacionado (IGF1) a dos
regiones críticas para el aprendizaje, la memoria y el estado de ánimo.
"Este fue el primer [estudio] donde realmente hemos
podido demostrar que la interrupción de estas dos vías de señalización, incluso
sin otros defectos, era suficiente para perjudicar el aprendizaje y la
memoria", afirma el autor principal del artículo, C. Ronald Kahn, director
Académico de Joslin y profesor de Medicina en la
Escuela de Medicina de Harvard.
"Dado que estos dos receptores pueden compensarse
parcialmente entre sí, lo que hicimos que fue crítico fue la eliminación
combinada de la insulina y el receptor de IGF. Sin embargo, también fue
importante hacerlo en regiones específicas, ya que si estuviese en todas partes
podría tener problemas de desarrollo cerebral. Al eliminar ambos [receptores],
eliminamos no solo la forma principal en que funcionan, sino también el sistema
de respaldo que ya está integrado".
Los investigadores dirigieron sus bloqueos dobles en el
hipocampo y la amígdala central, dos áreas del cerebro que se sabe que
desempeñan un papel en la cognición alterada y el control metabólico. Los ratones
con ambos receptores eliminados tuvieron efectos en ambos sistemas, incluido el
control de la glucosa en la sangre, la ansiedad y la depresión, y la
disminución de la cognición.
En un experimento, los científicos colocaron en un laberinto
a los ratones con insuficiencia de insulina y receptores IGF1 para estudiar si
podían reconocer los estímulos recién introducidos. Primero, se les permitió
familiarizarse con el laberinto y, eventualmente, se les introdujo un nuevo
obstáculo. En lugar de explorar este nuevo objeto, una medida que los
científicos usan para determinar si un sujeto reconoce la novedad, el ratón
continuó a través del laberinto como si nada hubiera cambiado.
Defectos de
aprendizaje y memoria
"Estos ratones tenían defectos en el aprendizaje y la
memoria, así como en el metabolismo, y eso es lo que lo hizo particularmente
interesante --dice el doctor Kahn--. Hemos visto defectos metabólicos [en
algunos experimentos previos], y hemos visto defectos del estado de ánimo en
otros, pero este fue el primero que tuvo un defecto de memoria y
aprendizaje". Estos defectos reflejan uno de los muchos trastornos
cognitivos asociados con la enfermedad de Alzheimer.
Las personas con diabetes tipo 2 tienen mayor riesgo que la
población general de desarrollar la enfermedad de Alzheimer. Estudios previos
han demostrado que las alteraciones en la insulina y las vías de IGF1 en
general aumentan el riesgo de deterioro cognitivo prematuro, demencia,
depresión y ansiedad. También han visto que las anomalías en estos receptores
son más comunes en los cerebros de sujetos con enfermedad de Alzheimer y
diabetes tipo 2. El estudio de Joslin fue el primero
en centrar los experimentos en regiones específicas del cerebro para determinar
más específicamente la causa y el efecto.
A través de su trabajo, los científicos observaron un
mecanismo potencial para los efectos cognitivos en particular. Vieron que los
ratones tenían una expresión alterada de un receptor de neurotransmisores
conocido como receptor de glutamato 1 o GluA1. La
reducción de este receptor de neurotransmisores podría afectar a la capacidad
del cerebro para establecer conexiones sinápticas importantes que envían
información a los diversos sistemas del cuerpo.
Este deterioro podría ser la razón detrás del estado de
ánimo alterado y la disminución de la cognición. La confirmación del papel de GluaA1 tanto en el deterioro cognitivo como en los
problemas metabólicos debe explorarse más a fondo en futuros experimentos. Los
científicos estudiarán a continuación las diferencias en el riesgo y la
progresión de la enfermedad cuando estos ratones alterados se críen con
roedores genéticamente propensos a desarrollar Alzheimer.
Los investigadores saben que la resistencia a la insulina
afecta a los receptores de insulina y los receptores IGF1 en los seres humanos,
lo que hace que experimenten algún tipo de deterioro cognitivo, aunque en una
forma más leve que la que se observó en los ratones con doble inactivación. Comprender los mecanismos detrás de este
proceso podría ayudar a los médicos a desarrollar formas de intervenir y,
potencialmente, retardar o detener el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer.
"Con la diabetes y la obesidad, hay resistencia en
estas vías y, por lo tanto, creemos que este podría ser un factor importante en
cuanto a por qué las personas con enfermedad de Alzheimer y diabetes tienen un
curso acelerado más rápido o tienen más enfermedad de Alzheimer", concluye
el doctor Kahn.